HOLLYWOOD SE ESCRIBE CON "B"

"Slumdog Millionaire" se está convirtiendo en un fenómeno allá por donde pasa y después de los Oscars todo puede pasar... Y es que ese es el éxito del film porque su mensaje es el de la esperanza incluso en los momentos más difíciles. El irregular Danny Boyle se ha puesto las pilas en este proyecto y pese a contener algún fragmento videoclipero como a él le gusta, esta vez está al servicio de la historia y no al revés como le sucede en ocasiones y al fin consigue una película redonda a la altura de su aclamada "Transpoitting", aunque ambas tengan poco que ver.

La historia nos muestra a Jamal Malik, un adolescente pobre de Bombay que, tras participar en la versión hindú del programa "¿Quiéres ser millonario?" (que aquí presentaba Carlos Sobera, con el mismo formato y misma música), antes de enfrentarse a la última pregunta es detenido por la policía convencida de que ha hecho trampa y de que era imposible que alguien como él pudiera saber todas las respuestas. Pero cada respuesta contiene una historia en su vida y a través de ellas veremos como se ha desarrollado desde la pobreza absoluta de su niñez junto a un vertedero hasta ese concurso de televisión seguido por millones de espectadores que sueñan con poder estar sentados donde está él para optar a hacerse ricos.

El guión de Simon Beaufoy ("Full Monty") es espléndido, inteligente y eficaz, y Boyle le sabe sacar el partido con su cámara nerviosa y colorista, porque aunque la historia es por momentos durísima siempre tiene un punto de ingenua vitalidad que se contagia al espectador. Y es que el eje central que mueve a su protagonista es el amor por una chica que conoce desde niño y de la que la vida siempre separa.

Sólo puede achacarse al film que baja un poco el pistón en la última media hora de metraje y que alguno de los personajes resulta excesivamente esquemático, pero su conjunto es tremendamente sólido y sabe combinar drama y comedia sin buscar llantos ni risas gratuitas, consiguiendo la total identificación con el espectador que se deja llevar de la mano por las peripecias del protagonista en su búsqueda incansable y queda atrapado por su magia hasta los créditos finales que incluyen un número musical en el anden de una estación, porque Hollywood se escribe con "B" de Bollywood.


U.C. (Daniel Farriol)